Las chicas lavan su ropa flotando sobre una plancha de madera que una de ellas sujeta para que el río no se la lleve.  La otra fabrica platos.

En ocasiones raras se utiliza el barro cocido. El suelo interior es tierra endurecida por los pasos. Cuando hay peligro de inundación se les eleva y cuando los nativos son pequeños, como es el caso de los pigmeos, también las chozas son pequeñas. Cuando una vez les visitamos, al llegar la noche, fabricaron una especial para nosotros de su talla. Dormimos encogidos.

Las carreteras asfaltadas son muy raras. Las sendas de tierra se presentan en diferentes formatos: desde las muy cuidadas donde se prohíbe el paso cuando llueve hasta las que se pierden en la maleza. Cuando sucede, nos vemos obligados a fabricar una nueva con golpes de machete o empujones del coche. Y… eso sí, todas se parecen y uno nunca sabe donde está exactamente.

NO recuerdo haber visto ningún puente. Cuando el paso es corto se usan planchas que, con el tiempo, se rompen. Y cuando aun viven, protestan con fuertes crujidos.

Cortan un árbol, lo vacían a hachazos y así fabrican una barca. Más grande o más pequeña dependiendo de la talla del árbol. Sin ninguna grieta porque no hay ninguna junta, pero muy inestable si uno viaja de pie porque se balancea con gran facilidad. En la isla de Lamu fabrican barcos grandes intégramente con madera, ni uno solo clavo. Para hacer velas cosen todos los trapos a su alcance. En esos veleros salen al mar a pescar y pescan.

Tiempo atrás, según cuentan, el bosque cubría la tierra.  Los nativos la usaban y usan para hacer casas, enseres , barcos, juguetes, o para agricultura mientras el blanco destruye bosque sin piedad. El plástico a la moda no parece disminuir las cifras. Veamos…